¿Qué tiene en común Azalais, una poetisa occitana nacida en 1146 con Sor Isabel de Villena, la abadesa del Convento de la Trinidad durante el siglo XV? Y las dos, ¿qué tienen que ver con Rita, una youtuber que carga sobre la espalda el peso de 5000 años de historia? Tres mujeres. Tres miradas en el tiempo que, en el fondo, son una sola voz.
Cuando el padre de Rita, en la consulta del ginecólogo, se enteró que Rita sería Rita, tragó saliva, miró hacia abajo, y, resignado, le dijo a su mujer: “¿Cómo?, ¿ Una niña?? A mi me hubiera gustado más más que fuera un… Bien… Sí, la querremos igual”. En el camino de vuelta, en el tren, se pasó hora y media pegándole vueltas al ecografia buscando un pene.
Cuando avanzamos, cuando recorremos un camino de ida, siempre desconocemos quién lo abrió antes de que nosotras. La pista de aquellas que empezaron a reaccionar contra la misoginia establecida y los privilegios masculinos se disuelve en los textos antiguos. Pero nada nace de la nada. Los caminos son tierra dura y firme que se compacta a base de insistir. Hoy un poco, mañana algo más. Y tienen impregnada la identidad de aquellas que lo transitaron: Azalais, Isabel, Rita, Simone de Beauvoir, Mercé Rodoreda, Qiu Jin… Cada una en su justa medida, según sus fuerzas, en función de la anchura del camino y de las posibilidades que los otorgo el siglo que habitaron. A su paso, a su ritmo. Cuando callar es lo más aconsejable, hablar y escribir es un acto heroico. La creación es reacción.
Este es un espectáculo de mujeres-camino. De mujeres-creadoras. De mujeres-tótem. Una obra de mujeres con voz y letra. De determinación y de lucha. Es un canto y un grito de autoafirmación. Acudir con ropa cómoda. Abrir el corazón y disfrutareis del viaje.